Un baño l impio ¡ por favor ! …
Caminar buscando un baño en Rock al Parque 2008.

Por: Juan Carlos Cotrina Lizarazo , p eriodista Buque de Papel , Bogotá
Uno de los placeres terrenales del hombre es entrar al baño cuando el cuerpo se lo pide. Lo complicado es poder hacerlo en un buen baño, acoplado para poder, por lo menos, estar de pie mirando hacia el techo.
En Rock al Parque 2008 están acondicionados más de 70 baños portátiles para el uso de los asistentes al evento. Es entendible el esfuerzo que se realiza para poder llevarlos hasta el parque y ubicarlos en zonas preferiblemente alejadas del público (por aquello de los olores).
Cuando es la una de la tarde, entrar a un baño portátil es un lujo: hay papel higiénico, toallas para las manos, un “biscocho” (la tapa del retrete) decente, un lavamanos limpio y un orinal perfumado con coquetos aromatizantes… pero si a usted se le ocurre entrar después de las cinco, créame que encontrará algo totalmente distinto.
Do mingo 5:00 p.m. …
La ansiedad de entrar pronto a un baño no se hizo esperar después del torrencial aguacero que cayó sobre Bogotá, el frío, el viento, el correr de un lugar a otro y tomarme un buen café, hicieron que mi único objetivo en la vida en ese momento fuera conseguir un baño para poder desahogar mis pesares. Sin embargo, la búsqueda se hizo eterna ya que debido a los charcos que tocaba saltar, pastos inundados de barro, grupos de personas por todas partes, no me permitían divisar un baño.
Luego de más de 15 minutos en busca de la gloria divise a lo lejos un color verde “esperanza” que me llamaba diciéndome lentamente: “ven, ven, ven” . Al llegar, la cosa se complico, ¿por qué? Creo que no era el único con problemas urinarios en la escena rockera. Si nos vamos por las matemáticas en el sitio habían instalados unos 10 baños, de los cuales 5 eran para nosotros los hombres y 5 para las damas; entonces si nos vamos a ser cuenta cada baño tenía aproximadamente 10 personas en la fila, fue ahí cuando mi voz interior grito “Noooooo”.
Bueno, pero luego de la fila y siendo las 5:45 de la tarde pude entrar al famoso baño, pero oh, oh, un espacio de 50 centímetros para los pies, el piso mojado (Espero que haya sido simplemente “agüita”) un lavamanos sucio, un orinal a punto de estallar y un olor especial, me hicieron creer que no era el mejor día para entrar a hacer lo que vulgarmente se le llama “chichí” (piss).

Ya lo sabe; cuando entre a un evento de multitudes, prepárese, lleve papel higiénico, toallas para las manos y jaboncito propio, por aquello de la higiene mínima que uno se merece para poder hacer “pipí” y sonarse los mocos. Pero además, señores, un poco de cordura al utilizar tan preciado instrumento para la “orinadita” diaria.