Los horizontes del terrorismo (Parte I)

Crónica histórica, de corte documental, sobre Barack Obama en la presidencia de Estados Unidos, el terrorismo, tortura y Guantánamo.

Foto: obra del maestro Fernando Botero.

P or: Sacha Tafur M angada , e special para Buque de Papel , Cali

Para poder entender el actual escenario internacional en cuanto a democracia y terrorismo es indispensable no olvidar aspectos importantes de nuestra memoria histórica reciente. Por esta razón debemos analizar el alcance del 11 de septiembre de 2001 y su repercusión a nivel mundial.

En el horizonte internacional se puede reconocer un giro en la política exterior estadounidense, el fin del gobierno de Bush y la elección del nuevo presidente Barak Obama plantea un cambio de impacto mundial a través de medidas como la reanudación de relaciones con Cuba, la intención de cierre de la prisión de Guantánamo y el retiro de fuerzas de ocupación de países como Irak y Afganistán entre otras.

La elección del nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica y sus promesas electorales, no sólo muestran la intención de cambio, como propuesta política válida, sino que reconoce el clamor popular de esta gran nación, cansada y desgastada por la administración saliente.

El fin del segundo mandato del expresidente George W. Bush inicia una nueva línea de gobierno, la cual promete cambios tanto en el desarrollo de la política interior como exterior de los Estados Unidos. Contará, como siempre, con la división de opiniones, reconociendo una gran mayoría que apoya este cambio reflejado en las encuestas y la elección presidencial; y algunos detractores, que miran tras la línea del orden hasta ahora establecido.

Barack Hussein Obama es el cuadragésimo presidente de los Estados Unidos y el primer afroamericano en llegar a Demócrata, abogado de School, profesor universitario de la asignatura constitucional en de Chicago, y senador por el estado de Illinois. Ha participado en temas polémicos, como la ley de control de armas convencionales; el control al gasto de fondos federales; el calentamiento global; el terrorismo nuclear, y el retorno de las tropas desplegadas en Irak y Afganistán.

Estas preocupaciones expuestas a lo largo de su carrera y las promesas electorales hechas en materias tan variadas e importantes, y algunos otros temas actuales como la recesión económica, los inmigrantes indocumentados, el escudo antimisiles, la reducción en el gasto militar y las relaciones internacionales con Rusia, China, Cuba y otros, entre los que se en cuentan algunos de los países árabes, nos ubican en el contexto global que motivan este artículo.

Este cambio de gobierno plantea, desde el punto de vista sociojurídico en general y, desde el derecho penal y la criminología en particular, una serie de interrogantes que no podemos dejar pasar: ¿Cuál es el Horizonte del terrorismo internacional y su repercusión en las relaciones Oriente – Occidente? Y al tratar de desarrollar objetivamente esté tema no podemos dejar de plantear otros interrogantes: ¿hasta qué punto se siguen sacrificando los derechos y las libertades civiles en aras de la seguridad y la democracia? ¿Qué pasará con Guantánamo, sus presos y los cuestionados procedimientos de interrogación?

Nuevos horizontes

Se dice que desde la propia conformación del gabinete de gobierno se plantea una primera contradicción, pues algunos de los miembros eran colaboradores del presidente saliente; sin embargo, quienes defienden la permanencia y los nombramientos de estos funcionarios, señalan que son personas expertas y conocedoras de la realidad actual; lo que los hace asesores muy valiosos.

Pero más importante que la discusión sobre los asesores, es lo sucedido en estos primeros meses de gobierno, porque Obama, desde la primera semana en el despacho oval, arremetió contra las ordenes ejecutivas firmadas por el expresidente Bush, pidiendo al Estado Mayor un plan de retirada de las tropas de las zonas de ocupación, el cierre del famoso centro de reclusión de Guantánamo en Cuba y claridad sobre los procesos y las penas de los reclusos confinados en esta prisión. Estableció plazos perentorios a 2010 y 2011, cumpliendo de esta manera lo prometido en campaña.

Hasta este momento tales promesas no han sido cumplidas, ya sea por posiciones legales o burocráticas; lo que plantea suspicacias y dudas sobre si son preocupaciones reales del primer mandatario o fueron sofismas electorales. De lo que no hay duda es que se ha entrado en otra dinámica aceptando y haciendo visible esta problemática internacional, ya que la guerra, el terrorismo y los malos tratos, atentan contra los derechos humanos, la vida y la dignidad de quienes sufren directa o indirectamente la arbitrariedad de la primera potencia mundial y sus aliados.

Según algunos informes de Opinión Research Business a agosto de 2007 el número de iraquíes, muertos por esta guerra, era de más de un millón treinta y tres mil personas (1.033.000); cifra que coincide con las publicadas por el diario “The Guardian”, sin contar el número de bajas en las filas de las tropas de la coalición estadounidense que desde el 20 de marzo de 2003 hasta la misma fecha, era estimada en dos mil setecientos cincuenta y uno (2.751) y que ahora pueden rondar los cinco mil (5.000). El expresidente dijo que esté informe no era creíble y, aunque sabía que habían muerto muchos inocentes, era un costo que se debía de asumir para evitar que ese territorio se convirtiera en un lugar desde donde se lanzaran ataques a los Estados Unidos.

En total, la suma de las muertes admitidas por el gobierno estadounidense era de tan sólo de treinta mil (30.000), y el promedio de estas muertes sería, según los medios de comunicación y la revista especializada en medicina “The Lancet” en el 2006, de seiscientos cincuenta y cinco mil. (655.000), lo que incrementaba a un 55% el número de muertes violentas desde el inicio de la guerra en la zona del conflicto.

Más allá de quienes se enfrascan en la discusión de si es o no manipulación de la opinión pública, debemos recordar que fue el senador por el estado de Illinois, Barack Obama, quien, en 2002, se manifestó contra el entonces presidente George W. Bush y la guerra de Irak, asegurando que en ese momento aún no era tarde para detener la ofensiva bélica.

Su postura en temas de política internacional se plantea como un diálogo diplomático directo, pero no descarta como última acción la fuerza militar. Esta política denominada “New Deal”, se fundamenta en los derechos democráticos.

Algo que ha llamado la atención internacional, es la visita hecha por el presidente a diferentes países de Oriente invitando al diálogo. Aunque para los sectores fundamentalistas es una provocación, y para muchos activistas no deja de ser una estrategia para influenciar en la opinión pública a nivel global, sin lugar a duda es un primer paso de acercamiento, que muestra la intención del nuevo mandatario.

Foto: obra del maestro Fernando Botero.

Otros escenarios

El conflicto árabe–israelí, Palestina, El Líbano, Irán, Siria, Egipto, Libia y Arabia Saudita, son todos parte de esta álgida discusión que mantiene en vilo la estabilidad de la región y la paz de los países Árabes, los cuales ven, como la salida de Bush y la llegada de Obama, podría transformar el escenario actual; pues se comienza a pedir el cumplimiento de los acuerdos establecidos en de Ruta y se hacen públicas algunas posiciones dominantes en cuanto a de Gaza, El Gran Jerusalén, el apoyo a Israel y la crisis en el Estado Palestino.

Es tan polémico este punto que mientras señala “Obama intenta llegar al alma del mundo musulmán”, representantes de Al Qaeda dicen que esto representara “Nuevas semillas de odio y venganza”, insistiendo en que Obama sigue la senda precedida por Clinton y Bush. El Oriente medio sigue siendo un caldo de cultivo propicio para los conflictos, siendo el espacio geopolítico más inestable del planeta, no ajeno a la globalización, y con el poder que da el petróleo y la capacidad nuclear.

Después de los diferentes atentados en los países o contra intereses occidentales, los musulmanes están en la mira de la opinión pública, lo que hace que actualmente se estigmaticen relacionándolos con el terrorismo. Estos seguidores del Islam, sometidos y fieles a Alá y al Corán, los cuales rigen la vida, la religión y la política, según lo preceptuado por el profeta Mahoma, son alrededor de 1375 millones, siendo parte del llamado “mundo Islámico”, relacionados con el “integrismo islámico”, o con algunos de los regímenes mas duros del planeta.

La mayoría de los países islámicos están en el subdesarrollo y muchos de ellos viven con la contradicción que genera su riqueza petrolera. Contradicciones que en la historia se han manifestado de manera armada y hasta con la utilización sistemática del terrorismo. También se han caracterizado por tener regímenes abiertamente contrarios a occidente y con el rencor propio de las historias colonialistas vividas en muchos de ellos; rencor aún mayor contra los Estados Unidos de Norteamérica.

Esta actitud histórica se ratifica y reproduce en las nuevas generaciones, con sucesos que están claramente fijos en nuestra memoria reciente, como son las guerras del Golfo Pérsico, el fin del régimen de Sadam Hussein; la tensión árabe–israelí; tensiones con Libia, Irán, Irak, Afganistán, Pakistán, Egipto, y demás conflictos propios de esta zona; la carrera nuclear y la ofensiva de los Talibanes.

La amenaza de los atentados terroristas sigue latente y Al Qaeda, señala que el estado americano en Pakistán, “lucha contra los musulmanes”, y por lo tanto tiene que estar preparado para recoger los frutos de lo que está sembrando. Ayman al Zawahri, aconseja a todos los musulmanes que no se dejen seducir por las palabras de Obama.

El alcance de las posiciones que se tomen respecto al consenso o disenso, en torno a las palabras de Obama o de Al Qaeda, es significativo a nivel del mundo musulmán, pues Pakistán es el sexto país en población en el mundo, el cual tiene alrededor de 165 millones de personas, de los cuales el 97% es musulmana. Obama es consiente de esto, incluyó en su discurso en El Cairo, mensajes indicando, El sagrado Corán nos dice, “Sé consciente de Dios y habla siempre con la verdad”, frase bien acogida por los musulmanes moderados.

Foto: obra del maestro Fernando Botero.

Afganistán la bisagra

Sin embargo, otra referencia histórica obligada nos lleva recordar que, en la guerra, que el expresidente Bush inició contra el terrorismo, siguió con la persecución de Osama Bin Laden en las montañas entre Pakistán y Afganistán, región fuertemente conservadora y con arraigadas tradiciones tribales.

Sin lugar a duda en materia de geopolítica, es Afganistán y su historia uno de los puntos claves para poder entender este conflicto internacional y su relación directa con el terrorismo: Ubicado en Asia, pero identificado como parte de Medio Oriente, es este territorio el que sufrió los abusos del régimen Talibán, el cual impuso normas estrictas basadas en el Sharia. Régimen derrocado militarmente por el propio estado norteamericano, con el respaldo del , y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en respuesta al atentado de Nueva Cork, el tráfico de armas, la producción de opio y el terrorismo. Este conflicto consiguió el dominio de la zona y el restablecimiento de un gobierno legítimo.

Los Talibanes, son un grupo integrista, conformado como guerrilla de carácter tribal y musulmán, apoyado anteriormente por Estados Unidos en sus disputas con Irán y , que le dieron refugio a Osama Bin Laden y se negaron a entregarlo, lo que, sumado a los abusos contra su población, originaron una serie de bombardeos y la intervención militar contra “El eje del mal”, la cual se extendió hasta Irak con su segunda invasión (“Guerra del Golfo”).

El cambio de mandatario en los EE.UU., y su posición de diálogo y acercamiento nos permite identificar que efectivamente Al Qaeda y sus líderes alcanzan a reconocer cómo la posición de Barack Hussein Obama plantea una política más abierta y desmonta la connotación del musulmán como enemigo, actitud que debe de preocuparles a Bin Laden y Zawahri, pues es justamente lo que les servía para justificar y exaltar sus posiciones frente a sus seguidores y las células expectantes en occidente.

Ahora el presidente de Estados Unidos se llama Hussein, es descendiente de musulmán y familiar de musulmanes, lo cual debe causar algún efecto en el mundo musulmán. Esta circunstancia hace tambalear la idea de Samuel Huntington sobre el “choque de civilizaciones”, y nos enfoca, directamente, al punto exacto del análisis del terrorismo como fruto de esta confrontación Oriente – Occidente, utilizada de forma errónea para manipular y crear más odio, por los asesores y la propia administración anterior.

Consecuencialmente, se evidencia que se está entrando en una nueva etapa en las relaciones internacionales de los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados, con la aclaración de Obama: “EEUU no está en guerra contra el Islam”, aspecto que se ha reflejado con un leve aumento en la popularidad del mandatario en las encuestas.

Prueba de esto es el discurso de Obama en El Cairo, donde se reconoce el esfuerzo del mandatario siendo bien acogido desde “Filipinas hasta Marruecos”, con la ilusión de que no sean meras palabras, pues a pesar de reconocerle este esfuerzo, aún árabes y musulmanes son escépticos y recuerdan el viejo adagio popular de “ver para creer”. Más allá de oír hablar sobre el Islam o del terrorismo, se esperan resultados en el conflicto Árabe –Israelí y en lo referente a la retirada de las tropas de Irán y Afganistán. Un discurso no arregla los problemas; menos cuando se anuncian represalias si Irán ataca a Israel.

No podemos olvidar que lo que da origen a la “fatwa” y al “Yihad” es la guerra del golfo, el apoyo a Israel, la presencia de la coalición en , el colonialismo y la explotación de económica de la zona.

y son los logros máximos; no el miedo y el terror. Para lograrlo se deben respetar los Derechos Humanos, la verdad y siguiente parada de esta gira de Barack Obama fue en Alemania, en donde se reunió con Ángela Merkel con quien trató el tema de Guantánamo, resaltando su importancia y trascendencia internacional en el presente momento de las relaciones internacionales y los valores que unen y separan a los pueblos.

(Continúa en entregas 2 y 3 )

Ubicación Guantánamo, en Cuba

Foto Guantánamo: archivo prensa