La CIA intentó asesinar a Castro más de 600 veces
Estas son las llamadas “Joyas de la Familia”, los documentos desclasificados de esta agencia.

Foto: cubadebate.cu
Por: Buque de Papel , Buenos Aires , Argentina
Una, dos, cinco o 600 veces, el número no importa. Lo único cierto es que la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, la CIA reconoció que intentó asesinar al presidente cubano Fidel Castro.
Así se desprende del documento de más de 690 páginas que desclasificó en julio de 1007 y que bautizó con el sugestivo nombre –y muy vendedor de periódicos- “Las Joyas de la Familia.
De acuerdo con las informaciones publicadas al momento de la desclasificación o revelación y que fue lograda gracias al trabajo de la organización no gubernamental “National Security Archives”, con sede en la Universidad George Washington, los diferentes gobiernos estadounidenses desde 1959 fraguaron planes para acabar con Castro.
Uno de esos planes, revelan los documentos, consistió en pagar 150 mil dólares a los mafiosos estadounidenses, de la droga, el juego y la prostitución para asesinarlo. Cuba era el prostíbulo y el garito de los mafiosos de estados unidos, como Lucky Luciano y Salvatore Giancana.
Presentamos apartes del documento que fue recopilado por la prensa mundial el año pasado, en este caso, por la Agencia de Prensa, AP:
“ Según uno de los memorandos, el funcionario de la CIA Richard Bisell contactó en agosto de 1960 al coronel Sheffield Edwards, para determinar si la Oficina de Seguridad de la Agencia disponía de alguien que pudiera asesorar en una misión delicada "de tipo gansteril".
"El objetivo era Fidel Castro", precisa el documento, que en uno de sus puntos aclara que el plan era extremadamente delicado por lo que sólo un grupo pequeño fue informado.
Robert Maheu, una fuente segura de la Oficina de Seguridad, sugirió el nombre de Johnny Roselli, un miembro de la mafia.
Fue el propio Maheu quien se encargó de hacer la propuesta a Roselli el 14 de septiembre de 1960 en el hotel Hilton Plaza de Nueva York, con la leyenda de que trabajaba para varias empresas internacionales, supuestamente afectadas por las medidas de la naciente Revolución cubana.
El plan contemplaba hacer creer al mafioso que "el gobierno de Estados Unidos no estaba, ni debería estar al tanto de la operación". Los presuntos ejecutivos de las compañías pagarían 150 mil dólares para terminar con la vida de Fidel Castro, comentó Maheu a Roselli, según el texto.
En la reunión del Hilton Plaza estuvo presente además James O´Connell, de la Oficina de Seguridad de la CIA, quien fuera presentado como un empleado de Maheu.
Aunque en un inicio el mafioso se negó a involucrarse en el plan de asesinato, tras ser persuadido por sus interlocutores dijo estar dispuesto a presentarles a un amigo suyo nombrado Sam Gold, vinculado a "gente cubana".
Durante la semana del 25 de septiembre se produjo la primera plática entre Maheu, Gold y otro individuo identificado como Joe, quien a la postre resultó ser el conocido mafioso Santos Traficante.
Gold, cuya verdadera identidad era Momo Salvatore Giancana, y Traficante, estaban en la lista de los 10 hombres más buscados por el Fiscal General de Estados Unidos, precisa el documento.
"El primero era considerado como el jefe de la Cosa Nostra en Chicago, sucesor de Al Capone, y el segundo jefe de la Cosa Nostra para las operaciones contra Cuba", indica.
Giancana alegó estar en desacuerdo con asesinar a Fidel Castro utilizando armas de fuego, por los problemas que ello pudiera acarrear, y sugirió suministrarle algún tipo de píldora en la bebida o en la comida.
Las pastillas letales fueron entregadas por Traficante al cubano Juan Orta, señalado por él como "un funcionario cubano que había estado recibiendo sobornos de los juegos de azar, que todavía tiene acceso a (Fidel) Castro, y tiene problemas financieros".
Luego de varias semanas de intentos, Orta "se echó atrás y pidió que se le relevara. Propuso a otro candidato, quien hizo varios intentos sin éxito". El proyecto finalmente fue un fiasco, y quedó anulado luego del fracaso de la invasión mercenaria por Playa Girón, en abril de 1961 ”.

Foto: cubadebate.cu
De acuerdo con los documentos, la CIA trató además de utilizar contra Fidel, a francotiradores, habanos (cigarros) envenenados, bombas de tiempo, lanzacohetes, pastillas de cianuro, explosivos acuáticos disimulados en caracoles marinos y un traje de buceo con bacterias letales. Incluso en 1960 recurrió a una alemana, Marita Lorenz, que a último momento se arrepintió y le confesó al líder cubano cuál era su intención.
Entre tanto, el régimen cubano señala que Castro ha enfrentado, como blanco móvil, más de 630 complots para matarlo en 40 años. Los planes de eliminación se efectuaron durante ocho gobiernos estadounidenses: 38 intentos con Dwight Eisenhower, 42 con John Kennedy, 72 con Lyndon Johnson, 184 con Richard Nixon, 64 con James Carter, 197 con Ronald Reagan, 16 con George Bush padre y 21 con William Clinton.
La prensa internacional informó en su momento sobre las fallidas tentativas de asesinar al ex jefe de Estado cubano en la cumbre iberoamericana de Cartagena (Colombia) en 1994, el encuentro iberoamericano en Bariloche (Argentina) en 1995, una reunión similar en la isla venezolana de Margarita en 1997, una visita a República Dominicana en agosto de 1998 y la cumbre de líderes de Iberoamérica en Oporto (Portugal) a fines de ese mismo año.
¿Quién era Marita Lore n z?
La llamada “frustrada Mata Hari” germana, y cuya misión era eliminar a Fidel Castro nació en Alemania en 1941. Así la describe Roberto Bardini, en su blog de la web:
Fue hija de un capitán de la marina mercante. En la Segunda Guerra Mundial cayó como prisionera en el campo de concentración de Bergen-Belsen, a los ocho años fue violada por un soldado norteamericano y a los 19 vivió su aventura con Fidel en La Habana. También fue amante a los 22 años del ex hombre fuerte de Venezuela, Marcos Pérez Jiménez, con quien tuvo una hija.
La mujer trabajó para el FBI, donde se casó con un agente con el que tuvo un hijo, se vinculó a la Mafia ítaloamericana y conoció a Lee Harvey Oswald, el presunto asesino del presidente John Kennedy, en 1963. Actualmente sobrevive a duras penas en un barrio pobre de Nueva York, donde recibe un cheque mensual de 461 dólares de la asistencia social del gobierno.
“Mi amor era más fuerte”, relató Marita Lorenz en la película documental alemana ‘Querido Fidel’, estrenada en 2000. “No lo maté, porque por naturaleza no soy una asesina, no podía arrebatarle la vida a alguien que amaba, aunque la CIA –que no sabía que seguía enamorada– me haya entrenado para matarlo. Ese momento fue determinante, algo me detuvo, quizá el gran amor que sentía por él”.

Foto: caricatura en redes sociales.