Fotógrafos d esplazados por la t ecnología
Muchos tuvieron que empeñar las cámaras, natural herramienta de trabajo
José González. Más de 15 años retratando turistas. Foto: Alejandro González. Buque de Papel.
Por: Alejandro González González , e special para Buque de Papel , Bogotá
No siempre, como se asegura a menudo, los avances tecnológicos significan desarrollo y bienestar para la mayoría de la gente. Es casi seguro que en cualquier ciudad del mundo hay personas desempleadas por culpa de lo que se puede calificar como el “desplazamiento” laboral causado por el “tsunami” tecnológico.
Esta gran ola técnica, venida de muchas partes del mundo y con distintos nombres –Canon, Pentax, Panasonic, etc.- ha salpicado y empujado al desempleo a muchos fotógrafos empíricos y artesanales, que se ganan la vida en de Bolívar de la ciudad de Bogotá. El golpe ha sido tan fuerte que varios de ellos se ahogaron por falta de destreza para nadar por estas novedosas aguas tecnológicas. “ La proliferación de cámaras de aficionados, cámaras digitales, teléfonos celulares; todo eso ha hecho que esto ya no sirva ”, sentencia Julio Preciado, fotógrafo que lleva más de 30 años trabajando en este lugar, y que hoy, añora la época en que las nuevas cámaras digitales eran objetos inimaginables.
de Bolívar de Bogotá es el lugar de Colombia más visitado por turistas venidos de otras regiones del país y de distintas partes del mundo. El atractivo es la imponente arquitectura que la rodea y la historia que la identifica. Está cercada por la sede del poder ejecutivo, legislativo y judicial. de Colombia -el poder religioso-, el viejo edificio de , y su cercanía con el barrio , en donde aún anida la historia de la ciudad, también contribuyen como gancho visual para los concurrentes.
Aunque han resistido a varios intentos que pretendían sacarlos de , acusados de todo lo malo, ya muchos de estos fotógrafos decidieron doblegarse, no por la arremetida de las distintas administraciones locales o de quienes intentaron desplazarlos, sino al arrollador e invisible avance de las innovaciones fotográficas. Muchos de ellos, acostumbrados a las viejas cámaras de rollo no pudieron, ni con la ayuda del manual, manipular los nuevos y sorprendentes aparatos digitales. La tecnología ha sido su enemigo silencioso, al cual, contradictoriamente, muchos consideran su mayor aliado.
Fotografía sin paloma no es completa. Foto: Alejandro González. Buque de Papel.
Era casi una ley natural que cualquier persona que visitara la Capital y se diera el paseo obligado por de Bolívar, no se devolviera a la casa sin haberse tomado la inconfundible foto instantánea de baja resolución y de colores distorsionados. No hay que olvidar que la imagen tenía que estar compuesta por varios elementos que la hacían única en el álbum familiar: la foto donde el turista salía rodeado de las palomas que se acercaban con el sólo interés de alimentarse, gracias a la bolsita de maíz que un vendedor o vendedora siempre estaban atentos a ofrecerle.
Y si salía ileso de la evacuada permanente de los pájaros, la imagen era un éxito total. También, la foto con sombrero de charro mexicano o acompañado por una llama andina, que le hacía muecas involuntarias a la cámara, eran parte del historial visual de regreso a casa. Esto aún se sigue presentando, pero no con la misma devoción de antaño.
Ahora las cosas han cambiado. Muchos fotógrafos de han tenido que retirarse antes de tiempo. Otros se vieron obligados a “reinventarse” e hicieron frente a las nuevas técnicas y utilizan cámaras digitales de última generación. Las impresiones son de alta calidad, lo que es una ventaja a la hora de persuadir a clientes exigentes.
Los animales, aunque no lo parezca, también han sido un factor de discordia. Para que las imágenes fueran más atractivas para el cliente, algunos fotógrafos se valieron de las llamas andinas para atraer turistas, sobre todo niños. Los que no tenían dinero para hacerse a un animal de estos, perdieron potenciales clientes. Pero esto también ha cambiando: hoy en dia estos mamíferos se ven de vez en cuando, y, en un tiempo atrás, hasta las palomas, fundamentales en la composición de las imágenes, Monseñor Pedro Rubiano, intentó desterrarlas de con alambre de púas. Incluso, una mañana, amanecieron muertas por envenenamiento en la plaza. Pero como en todo desastre, siempre quedan sobrevivientes para contar la historia.
De la vieja cámara de rollo a los aparatos digitales. Foto: Alejandro González.
Pese a tantos palos metidos en la rueda, algunos fotógrafos, muy pocos por cierto, siguen adornando este centro de peregrinación, siguen retratando curiosos, exhiben en el pecho con orgullo las nuevas cámaras digitales, se resisten a que la innovación técnica los desplace y los convierta en seres inútiles: “ como la tecnología es avanzada, toca aceptar lo que llegue ”, asegura José González, mientras exhibe, a una pareja de visitantes, muestras de las fotos tomadas con su nueva cámara digital.