Un domingo de pulguero

Plan bueno, bonito y barato que ofrece la ciudad. Sorpresas.

Foto: Buque de Papel

Por: Andrea Nieto Cortés , p eriodista Buque de Papel , Bogotá

En Bogotá existen lugares por conocer, por visitar y para compartir un momento agradable con la familia. En la capital encontramos parques naturales y de diversiones, museos, centros comerciales, plazas agradables y sitios diferentes, cada uno con mucha magia y algo especial.

Pero si de especial hablamos, en de hoy encontramos el famoso “Mercado de las Pulgas de San Alejo”, abierto al público hace aproximadamente 26 años.

Fundado el 19 de marzo de 1983 se encuentra ubicado en con calle 26. Es un viejo y grande parqueadero en el cual una gran gama de vendedores expone sus productos al mejor postor, ofreciendo variedades de objetos. En esta legendaria plaza se encuentran desde zapatos viejos, compra ventas de billetes y monedas, ropa usada, discos de acetato, libros y una cantidad inigualable de mercancía que es poco común, y que jamás se encontraría en un Éxito, Alkosto o un Carrefour.

Esta plaza no sólo acoge vendedores y microempresarios, que al no poder ejercer y ofrecer sus productos a un público gigante, optan por colocar sus frutos en carpas y mesas, todos los domingos y lunes festivos de 8 de la mañana a 5 y 30 de la tarde, para así darse y darles a sus propias creaciones, una oportunidad ante nuevas miradas y ver si verdaderamente pegan y gustan.

En este sitio también se muestran y presentan artistas, cantantes, malabaristas, contorsionistas y generadores de ritmos, como música folclórica, andina, tango e indígena. Son personas que al no tener una tarima en la cual presentarse optan por un público improvisado, pero muy interesado en ver sus aptitudes artísticas.

Al pasar de los años esta plaza fue ganando reconocimiento y una mayor cantidad de personas que van a visitarla, ya sea para comprar algún producto llamativo, o tan sólo por observar qué cosas extrañas y nuevas llegan cada semana. Tal fue su impacto y acogida, que se decidió crear en 1990 una plaza similar en la localidad de Usaquén: “el Mercado de las Pulgas de San Pelayo”.

Es un poco más pequeña, aseada y organizada, porque sólo consta de dos cuadras, en las cuales colocan estantes de toldo amarillo a lado y lado, ofreciendo productos más seleccionados, como cuadros, artesanías, recuerdos, postres, correas, etc. undefined

En las Pulgas de San Pelayo es menor el flujo de las personas y se puede recorrer con más calma y seguridad. No se logran apreciar tantas cosas exóticas como en las pulgas del centro, pero aún así ha logrado reconocimiento.

Foto: Buque de Papel

Los pulgueros

Los mercados de las pulgas son “Colombia vista a través del arte, o al menos así lo describe doña Mechis López vendedora de piezas de cobre, bronce y electro plata, quién lleva en el mercado más de 20 años ofreciendo sus productos a diferentes tipos de clientes, pero en especial, a los turistas que van a conocer el lugar y que son sus mejores clientes.

Foto: Buque de Papel

Su esposo, Ernesto Camargo, es socio y beneficiario del mercado, ya que con todos los años que llevan vendiendo en las pulgas son muy conocidos y apreciados en toda la plaza. La señora López también comenta que todos los expositores tienen que pagar una cuota por días de ventas, domingos y festivos, de $12.000 pesos, y otra cuota de $ 15.000 para guardar sus objetos en una bodega inmensa al terminar el día laboral.

“Si se busca un plan sano, diferente, económico, y en especial cultural, qué mejor opción que apreciar nuestro propio arte, nuestra verdadera historia y esencia, como lo podemos hacer en los Mercados de las Pulgas, ya sea el de San Pelayo, el de San Alejo, o el del Eje Ambiental”, manifiesta Cesar Rodríguez, docente de inglés del Antiguo Electrónico de Idiomas, quién a sus 30 años visita el Mercado de de San Alejo cada 15 días. Lo hace con el fin de conseguir libros y antigüedades llamativas. César llama al mercado como el “centro comercial popular”, y es uno de sus planes favoritos para una tarde de un domingo.

Así vemos cómo la creatividad, la originalidad, la diversidad y la extravagancia, juegan un papel importante en la vida de cada persona que transita en Bogotá, prestando un espacio para que cada uno de estos toldos tenga su propio espacio, salgan y se luzcan con luz propia. El mercado de las Pulgas, como cualquier otro mercado de las ciudades y grandes capitales del mundo, puede brillar como otra estrella y de las que estamos más cerca, gracias a los de altura de nuestra capital.

Foto: Buque de Papel

Foto: Buque de Papel

Foto: Buque de Papel

Foto: Buque de Papel