“Aprender de los errores es salir enriquecido”: Jorge Valdano

Charla con el argentino campeón mundial de fútbol en México 86.

Por: Carlos Fernando Álvarez C. , Buque de Papel , Bogotá

Puede sonar a frase de cajón, o a línea de literatura de supermercado. Pero para Jorge Valdano, campeón mundial de fútbol con Argentina en México 1986 se ha convertido en su modo de vida cuando no está metido de cabeza, como lo reconoce en el mundo del balompié.

Valdano estuvo en Cartagena, Colombia, dictando su charla “Liderazgo, talento y equipo”, a los ricos más ricos de Latinoamérica que se reunieron para hablar de la tan mentada y cacareada “crisis”. Y también, en Bogotá, a empresarios e invitados especiales de la cadena radial y televisiva RCN. Y entre ellos, me logré colar, claro, con estilo.

La charla por la que el ex jugador, ex entrenador y ex director deportivo del Real Madrid, seguramente cobró una buena suma, giró en torno a los equipos, sus integrantes, la capacidad de manejo y liderazgo, claro, con muchas anécdotas futboleras. No obstante, y a pesar del cruce con el balón, sus conceptos son claros y perfectamente entendibles por las rubias empresarias, o los yuppies ejecutivos, que no tienen una relación estrecha con el “fóbal”.

“Un equipo es una abstracción que depende de la fuerza del individuo, del talento expresado al máximo; de una serie de circunstancias y elementos para enfrentar las crisis y potenciar los valores de sus integrantes. Un equipo es un estado de ánimo”, afirmó.

La charla avanzaba y las ayudas audiovisuales de partidos de líderes hoy y siempre, como Josep Guardiola, ídolo del Barcelona –archirrival del Real Madrid- del mismo Valdano, o de Maradona, servían de refuerzo a sus conceptos.

Por ejemplo, ¿qué influye en el estado de ánimo? Factores como la gestión de uno mismo, el sentido de pertenencia, el sentimiento de eficacia, saber por qué hacemos las cosas, la comunicación a ultranza, la importancia del talento, y cómo éste requiere de un lugar, de confianza, libertad, unidad, exigencia, energía, estilo y autenticidad.

Pero también que nunca hay que dejar de soñar, así como dice Papá Jaramillo, “con el tren de aterrizaje puesto”. “Hay que elogiar al sueño, al fracaso y al afecto”, recalcó.

Ahora sí. Llegó la sección de preguntas y tenía que absolver una duda que tenía por más de 18 años. Antes de la charla ya lo había abordado y comprobé que su relación con Maradona y con Bilardo es nula. Valdano reconoce el “genio” del petiso, pero las cosas se enfriaron hace años.

La duda es simple: el mundo futbolístico siempre se preguntó qué sucedió entre estos tres personajes, en especial, cuando se había anunciado el retorno de Valdano al seleccionado argentino para estar en el mundial de Italia 90. Una semana antes del pitazo inicial, Valdano es desafectado de la concentración y sale del seleccionado.

No iba a perder la oportunidad y micrófono en mano le interrogué sobre cómo había hecho para superar la frustración y el fracaso que suponía no haber estado. En especial, ¿qué tan cierto era que Maradona había intercedido para su retorno?

Como si le hubiese hecho una plancha, el hombre paró la pregunta, la puso contra el piso y procedió a gambetearme para dirigirse al frente y patear la respuesta al ángulo como le gustaba, tranquilo, tranquilo: “ Bilardo vino a buscarme a casa, a España, y me dijo ‘dame seis meses de tu vida y yo te doy un mundial’. Yo, que había dejado el fútbol dos años antes me dije que era un buen negocio y acepté. Me preparé durante esos meses, y una semana antes, Bilardo me dice ‘no te veo, no te veo, es mejor que te regreses a tu casa’; y yo me fui. Esto lo interpret e y lo asimilé como que quise superar mis límites, y los límites me superaron. Ahora, en cuanto a la mediación de Maradona, no la creo efectiva porque finalmente me sacaron (risas) ”. Respuesta clara. Gol.

Luego vinieron más interrogantes, como el que afecta a la selección argentina y las peleas entre Maradona y Riquelme. Valdano fue claro. “Riquelme es como Maradona”, pero también en recalcar que esos problemas del vestuario deben charlarse en la intimidad, y no ante los medios. Como le ocurrió, sin tanto acierto, cuando fue director deportivo del Real Madrid y tuvo que lidiar con los egos de Beckham, Ronaldo, Figo y Zidane.

Valdano, un hombre de fútbol, millonario, y ahora motivador de empresarios ricos, como de ciudadanos de a pie. Campeón del mundo, honor que uno no tiene todos los días de conocer, hace gala con su amplia sonrisa y sus ojos claros, de las características cada vez más escasas en el mundo: la calidez y la humildad.