Alianza s con olor a café

Corferias se convirtió, por unos días, en el Eje Cafetero de Colombia.

Por: Alvana Lorena Ríos, Periodista Buque de Papel, Bogotá

El verde del cafetal, el rojo de la cosecha, el tesón del campesino paisa y, el exquisito aroma a “tinto” (café), son algunos de los atractivos que integran “El Triángulo del Café”, un ambicioso plan que pretende conquistar turistas alrededor del mundo.

Un proyecto que agrupa novedosas iniciativas, alianzas cargadas de excursión, bellos e imponentes paisajes naturales, gran riqueza arqueológica y un plan vial que facilita las rutas de acceso a las zonas cafeteras de Colombia.

En cada punta del “El Triángulo” los empresarios cafeteros exponen y ofrecen los diferentes atractivos turísticos de los departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda. Durante el evento llevado a cabo en Corferias, los organizadores ubicaron módulos de las distintas gobernaciones departamentales: Red de Ecoparques, Agencia Operadora de Turismo Asotur, Turismo de salud, Parque Internacional Los Nevados, Ferias y Fiestas de Institucionalidad Turística y Asdeguías.

Con el fin de promocionar lo mejor de la oferta en materia turística, (atractivos, alojamientos, gastronomía, agencias de viajes, excursiones, capacitaciones, asesorías y consultarías) para que todos aquellos que todavía no conocen esta tierra de embrujo, la conozcan y la disfruten.

Para revelarnos que estas tierras aún evocan la época de la colonización antioqueña, sus viejos pueblos, sus casas grandes, balcones vistosos, jardines coloridos y los extensos cafetales dan la bienvenida.

Majestuosos nevados, arquitectura colorida, turismo de aventura y conservación del medio ambiente, demuestran el fortalecimiento social y cultural del Eje Cafetero, que cada día impone la vivencia de una tierra, inexplorada por muchos.

Solemnes iglesias explican la gran tradición religiosa profesada por estos pueblos. Los campesinos exponen la labor de sus manos; los trabajos de artesanía son el reflejo la creatividad innata de su gente.

Ahora, en cuanto a alojamiento no hay preocupación a la hora de hospedarse. Existen diversas propuestas: ecohoteles, fincas de recreo, haciendas y chalets, son otras alternativas para que los visitantes queden enarmonados de cada uno de los detalles que adornan las tradicionales fincas, rodeadas de montañas y cafetales.

Con el ecoturismo y agroturismo el espíritu queda renovado. Respirar aire fresco rompe el afán de la ciudad. En su entorno, varios senderos que se pueden recorrer con guías expertos en zona. Cada uno de ellos explica cada lugar y recomiendan bondades de la naturaleza.

Dentro del plan turístico los organizadores ofrecen disfrutar del vacío que da al despegar de un parapente, divisar los pueblos y paisajes desde al aire, navegar en kayak, arrastrados por la fuerte corrientes de sus ríos, vivir una adrenalina fulminante al descender en cuerdas y deleitarse con los paseos a caballo. Termales que dan descansos y muchos beneficios medicinales, cascadas fuertes que hacen del lugar un paraíso terrenal. Magia donde se puede sentir el olor del verde que predomina por todas partes.

Los campesinos de sombrero aguadeñ) y poncho al hombro, buscan la manera de atrapar al mundo. Hacen que miles de visitantes vivan sus culturas, mostrando el proceso más representativo de la producción agrícola de estas tierras, como es el recolectar el grano maduro de café, exprimirlo, secarlo al sol, trillarlo y tostarlo, para luego disfrutar del sabor y de su inconfundible aroma en cualquier momento que se antoje.

Caldas, Quindío y Risaralda esperan mostrar el gran delta que combina atractivos naturales, culturales y turismo al máximo, con el fin de brindar un destino diferente, que no sea la playa, la brisa y mar. Como afirma el Gobernador del Quindío, Julio Correa López: “la idea es tener una competencia internacional, para que el mundo conozca otras alternativas del turismo colombiano, porque al país sólo se le promociona como ‘Colombia es Pasión’”.

Para resaltar de “El Tri á ngulo del Café”

Y pasión también es el Triángulo del Café, ofreciendo parques, artesanías, nevados con enormes alturas sobre nivel del mar, monumentos que dan identidad a la región, museos que conservan el patrimonio arqueológico de indígenas Quimbayas; donde aprendemos del legado histórico de mitos y leyendas que identifican al Eje Cafetero.

Parques temáticos, como el Nacional del Café, en Montenegro, Quindío, el Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria y ‘Panaca’, en el que se pueden experimentar largos paseos, aprender de la vida cotidiana del campo y consentir a los diferentes animales domésticos que allí se encuentran.

Exclusivos vehículos ‘yipao’ para practicar el turismo rural, rodearse de ciudad con un toque distinto al que siempre denota. Complacerse de una típica bandeja paisa o unos ricos chorizos con arepa y, luego pasear por los diferentes pueblos aledaños. Porque sin campo no hay vida, no hay ciudad, no hay desarrollo económico para el país. El Triángulo del Café enseña que la unión hace la fuerza, manifiesta que se debe tomar conciencia por la conservación natural, ya que todavía hay tiempo para ver las maravillas de un paraíso aún inexplorado.