Desconocidos ilustres de Bogotá
Museo de Trajes Regionales de Colombia, ubicado en el centro histórico.
Foto: Buque de Papel
Por: Gloria Lugo Cruz , p eriodista Buque de Papel , Bogotá .
En medio de esa Bogotá auténtica, llena de casas coloniales que hacen parte del Centro de la ciudad, encontramos lugares que para muchos son desconocidos, pero que albergan obras y objetos que hacen parte del patrimonio cultural de nuestro país y por qué no decirlo, del mundo.
Un ejemplo de esto es el Museo de Trajes Regionales de Colombia, ubicado en la Calle 10 con Carrera 6ta. Allí donde hace casi doscientos años habitó Manuelita Sáenz “La libertadora del Libertador Bolívar”, hoy podemos ver una colección inigualable que reúne aproximadamente 1.000 piezas de vestidos y accesorios, que utilizaron algunos de nuestros ancestros durante las diferentes épocas de la historia de Colombia.
Foto: Buque de Papel
La Casa de Manuelita Sáenz conserva estrictamente su arquitectura colonial: en el exterior las paredes de color blanco son complementadas con balcones, puertas y ventanas de madera. Adentro, encontramos dos patios: el central en el cual una pila de agua se roba la atención de los visitantes, y el de la parte de atrás de la casa, que tiene un pozo rodeado de plantas y flores de diferentes especies y colores; además de dos bustos en pedestales, uno del libertador y otro de Manuelita.
La colección principal del museo, que hace parte de su exposición permanente, está distribuida en cinco salas: En la primera podemos observar los trajes ceremoniales y representativos de las comunidades indígenas vivas de nuestro país, maniquíes de color crema visten elegantes prendas del pueblo Wayú (Guajira), de los Guambianos (Cauca), de los Arhuacos (Sierra Nevada de Santa Marta), de los Yanchama (Amazonas) y de los Kuna (Chocó).
Dos cosas llamaron particularmente mi atención, una de ellas fue descubrir que los Yanchama confeccionan sus prendas con la fibra que le da nombre a su pueblo, la cual se extrae del árbol de Ojé. Es sorprendente aprender que ellos trabajan estos materiales de manera tan exhaustiva que logran convertir la rígida madera en una suave y maleable tela. Lo segundo que descubrí es que el elemento que usan los Arhuacos en la cabeza tiene gran importancia para ellos, porque sus largas cabelleras representan la montaña y el sombrero representa la ‘Sierra Nevada’ que se posa sobre la ‘Madre Tierra’.
La segunda sala encierra la historia de porqué existe este museo. A finales de la década de 1960, la antropóloga Edith Jiménez de Muñoz encontró en una de sus expediciones por Colombia un pedazo de manto Guane (pueblo indígena precolombino), e inspirada en tan hermosa pieza decidió hacer un recorrido por la historia y las diferentes culturas de nuestro país, logrando en 1972 fundar el Museo de Trajes Regionales. En esta sala hay una réplica de la primera manta y los elementos empleados en la decoración de la tela, como los pigmentos vegetales y animales y los métodos de estampación.
Foto: Buque de Papel
Algunos de los más conocidos en las regiones
Pasando a la siguiente sala encontramos vitrinas que reúnen una gran variedad de cestería, sombreros y mochilas, elaborados de manera artesanal por los realmente expertos de nuestro país; utilizando materiales como lanas, hilos, palma, fique y caña flecha, crean elementos que cuentan historias y que representan partes vitales de la comunidad, como por ejemplo las mochilas Arhuacas, cuyo tamaño representa la fertilidad de la mujer (el tamaño del útero de ellas).
En la cuarta sala, transportándonos mágicamente a ese lugar, casi que sintiendo la brisa y el olor del mar, podemos ver los trajes que usaban en alguna época los hombres y mujeres de la Costa Caribe y Pacífica: el de la tradicional palenquera del Caribe, y los que usaban las criadas del Chocó; además de ver cómo eran originalmente los vestidos que se utilizaban para bailar Cumbia, Bullerengue y Mapalé, los cuales han ido cambiando con las nuevas generaciones y con la majestuosidad que se le ha impuesto a estos bailes regionales.
Del envolvente calor de las costas colombianas pasamos a la templada pero amable Zona Andina y de la Orinoquía. En esta sala, dentro de elegantes vitrinas, están expuestos los trajes que usaron en alguna época las típicas campesinas de nuestra región, como la cundiboyacense, con sus enaguas, trenzas alpargatas y canastos; las chapoleras del Eje Cafetero, con sus boleros y telas de variados diseños y colores; o las del Llano, con sus botas de cuero y blusas de arandelas.
Foto: Buque de Papel
Son trapos envolventes de recuerdos, historia y tradiciones; de la cotidianidad hecha gente que nutre a nuestra Colombia.
Pero además, y pasando a otras latitudes, descubrí que con ocasión de la celebración del Año Nuevo Persa, en el segundo piso del Museo se está presentando una exposición temporal de Irán. Una muestra de Caligrafía y Tazhib (ilustración persa), en la que podemos ver decenas de cuadros con transcripciones de algunas líneas del Corán que son ilustrados y decorados con pinceles muy finos y tintas de colores sublimes, creando hermosos dibujos que hacen aún más majestuosas estas palabras sagradas.
Además de los cuadros también hay una sala que contiene maniquíes vestidos con los trajes típicos del pueblo Persa y la representación de un Samovar (sala en la cual se toma el té y se fuma). Las paredes del segundo piso están decoradas con fotografías a gran escala de diferentes y hermosos paisajes y palacios iraníes.
Foto: Buque de Papel
Foto: Buque de Papel
Foto: Buque de Papel
Foto: Buque de Papel
Foto: Buque de Papel