Destino: Nimaima , Cundinamarca

Para cambiar de paisaje y respirar un poco de aire puro.

Foto: Gloria Lugo. Buque de Papel.

Por: Gloria Lugo Cruz , p eriodista Buque de Papel , Bogotá

En la lengua chibcha su nombre quiere decir “ Canto de Gigantes”. Este municipio de Cundinamarca ofrece alternativas de turismo para los capitalinos. Preferido por muchas personas por su agradable clima y por la amabilidad de sus habitantes.

Ese olor de la caña dulce me anunciaba que ya iba llegando a mi destino, el paisaje llenaba por completo las expectativas, y la brisa calurosa completaba el cuadro perfecto de la visita planeada desde hace más de una semana.

Viajando por las carreteras de Cundinamarca, a tan sólo de Bogotá se llega a Nimaima, un municipio de tierra caliente, gente amable y lugares mitológicos que cuentan su historia por donde quiera que se camine.

Al comienzo, para salir de Bogotá, debimos tomar algo de impulso, ya que el vehículo en que nos íbamos a transportar no arrancaba y nos pusimos en la singular tarea de empujarlo para que iniciara la marcha. Después de superar éste pequeño imprevisto, tomamos 80 hacia el occidente, buscando salir de la ciudad por el peaje Siberia.

Luego de un rato de recorrido en carretera se empieza a notar el cambio: en el clima, en el paisaje y hasta en el olor; a medida que vamos bajando de altitud se percibe ese aroma de “tierra caliente”, que emociona los sentidos y que es la señal certera, de que cada vez estamos más lejos de la ciudad, respirando un aire más limpio y observando un ambiente diferente.

En mitad del recorrido hay que hacer una parada obligatoria en el municipio de , para desayunar tomándose una deliciosa avena fría y comer un roscón (factura) típico del pueblo. Estos últimos son famosos en la región, porque a diferencia de los que se consiguen normalmente en Bogotá, son más delgados, tostados y tienen un sabor especial como a galleta, además están rellenos de bocadillo (parecido al dulce de membrillo) o de delicioso arequipe (dulce de leche).

Después de dos horas de viaje en carretera y luego de pasar por otro de los bonitos pueblos de la región, como Nocaima, llegamos al municipio que era nuestro destino.

A esa hora del día, el sol se encontraba en su punto más alto, era difícil aguantar lo abrigado de la ropa con la que salimos de Bogotá, así que en la primera oportunidad, nos dispusimos a cambiar de vestuario; dentro de la maleta quedaron los jeans, chaquetas y camisetas de media manga, reemplazando el espacio de las pantalonetas, shorts y camisetas de manga sisa que nos pusimos en ese instante, listos para disfrutar de los 23° Centígrados que nos ofrecía el clima del lugar.

La brisa caliente del medio día me permitía percibir aún más en el ambiente, el aroma de los cultivos de caña, principal producto agrícola que se cultiva en la región. Ese olor dulce que antoja el paladar y que nos guiaba a darnos una vuelta por los trapiches del lugar, donde se producen en un sólo día de trabajo alrededor de 60 cajas de panela, las cuales son transportadas en mulas desde las fincas hasta el pueblo, labor que es reconocida hasta con estatua en el pueblo, la del Monumento al Arriero.

Foto: Gloria Lugo. Buque de Papel.

Hablando con el Alcalde

Luego de disfrutar un poco del paisaje, me fui a entrevistar al Alcalde de Nimaima, Edgar Juvenal Ramírez Pérez, nacido en el municipio, y quien ha ocupado este importante cargo en dos periodos no consecutivos. está ubicada en la parte central del pueblo, a su lado derecho se encuentra también de Policía, a mano izquierda está y al frente ; desde las ventanas de la oficina del Alcalde, se tiene una buena panorámica del pueblo.

El Alcalde me contó un poco acerca de la historia precolombina del municipio, me dijo que sus primeros pobladores fueron los Nimaimas del pueblo panche y que su jefe fue el Cacique Anamay o Nimaima. Dice la tradición y los textos de historia que se enterró vivo con sus tesoros, en una fosa a de su choza en lo alto de la loma que abriga el pueblo de los vientos del norte, sitio de donde brotan llamaradas los Viernes Santos por la noches.

Dentro de la conversación, Ramírez quiso destacar los factores que ayudan al sostenimiento económico del pueblo. En la parte agropecuaria está la producción de caña y me contó que recientemente se ha trabajado en la parte turística, promoviendo principalmente el ecoturismo, gracias a sus bellos paisajes y sus fuentes de agua, como las caídas naturales, la laguna de Liverpool, las termales en el río Pinzaima y la posibilidad de practicar deportes extremos, como el canotaje por el Rionegro o el rapel en de Barandillas.

Foto: Gloria Lugo. Buque de Papel.

Ecoturismo

La conversación con el Alcalde, me dejó un poco curiosa por conocer estos lugares ecoturísticos que él describía con tanta emoción, así que nuestro primer punto a visitar fue de Liverpool. Para llegar, hay que caminar unos veinte minutos desde el pueblo. En la carretera se divisa un poco pequeña, pero entrando un poco más en el lugar, se observa su grandeza, esa misma que la impone en el paisaje.

Rodeada de montañas y vegetación por toda parte, el sol crea sobre ella un espejo natural, que permite observar en su reflejo la inmensidad de cielo azul de la tarde, encerrado en un marco verde con la imagen de los árboles, las montañas y los cultivos de caña. Cerca de la laguna también pudimos encontrar uno de los trapiches, con la maquinaria de trabajo y mucha caña lista para procesar.

Para continuar visitando los lugares turísticos de Nimaima, me fui para un sitio llamado El Paso del Rejo, un puente bajo el cual cruzan en una intersección el Río Pinzaima y el Rionegro. Para llegar al puente nos transportamos en un pequeño jeep de color verde. Su conductor el señor Filadelfo Chimbí es uno de los descendientes de los primeros pobladores de la región, lo que se puede ver en sus características físicas, algo que él mismo resalta hablándonos de su color de piel y su pelo negro y liso.

El amable señor Filadelfo me contó además, que ese lugar se llama El Paso del Rejo porque en épocas de colonizadores, los habitantes de la región pasaban sobre el río montados en unos rejos. Desde el puente se puede observar la travesía de los deportistas extremos, que se le miden al canotaje remolcados por la fuerte corriente que llevan los ríos que pasan por allí.

Al bajar hasta la ronda del río me pude refrescar un poco, ya que la brisa que corre por el lugar, está cargada de algo de esa agua que salpica guerreramente el rededor con la corriente del río. Una vez allí pude ver más de cerca el paso de los deportistas en sus canoas inflables, sintiendo un poco de angustia por ellos, ya que la verdad, no soy tan valiente como para medírmele a un plan de esos; pero ellos se veían muy felices disfrutando de la experiencia, incluso en el momento en que uno de los instructores volteó la barca y tuvieron que alcanzarla de nuevo nadando hacia ella.

Foto: Gloria Lugo. Buque de Papel.

De regreso a Bogotá

Luego de haber conocido el pueblo, a muchos de sus habitantes y algunos de los lugares turísticos recomendados por excelencia, llega la despedida. Se empacan maletas, se recogen equipos y nos subimos de nuevo al carro rumbo a Bogotá, y sin empujarlo para que arrancara.

Se disfruta por última vez del paisaje a través de la ventana: los cultivos de caña, las montañas, las matas de plátano y las diferentes especies de árboles engrandecen el panorama. El clima va cambiando un poco y se deja de sentir esa brisa calurosa a medida que avanzamos en la carretera. Después de haber pasado de nuevo por Nocaima, al llegar a hay que hacer una parada obligatoria, para comprar algunos paquetes de los típicos roscones (facturas) para llevarles a la familia y amigos.

Terminando el viaje, entramos a Bogotá por 80 y caemos de nuevo en el embrujo que tiene esta bella ciudad, porque logra que cada vez que estemos lejos la extrañemos un montón, ya que como citadinos que somos, algunas veces nos es difícil alejarnos de las comodidades que ésta nos brinda.

Sin embargo y luego de ésta maravillosa experiencia por Cundinamarca, puedo asegurar que como dicen los expertos: “una vez al año no hace daño”, alejarse un poquito de la monotonía, del ruido y del trajín, para disfrutar de un poco aire fresco, sol, piscina y naturaleza.

Foto: Gloria Lugo. Buque de Papel.

Foto: Gloria Lugo. Buque de Papel.