Colombia a la Kane

Publicamos los mejores artículos de Historia Universal del Periodismo, en la carrera de Comunicación Social de la CUN, en el segundo semestre de 2025.

Fotos: portales de cine


Por: César Riaño. Estudiante Comunicación Social, Universidad CUN


Hace poco tuve la oportunidad de observar la película El Ciudadano Kane, dirigida por Orson Welles. La verdad tuve que verla porque hace parte de la elaboración del presente artículo, pero tengo que decir que me senté ante la pantalla con poco interés y expectativa ya que no es mi tipo de filmes.


Sin embargo, la historia me fue atrapando; la forma en que se mostraban los efectos y se manejaba el factor sorpresa a lo largo de la película. Rosebud debería ser el ancla que cada uno de los periodistas deberíamos tener clara: como símbolo no solo de la felicidad perdida, sino de la felicidad propia, la transparencia y responsabilidad que debemos tener en el ejercicio de comunicar al mundo.


Después de verla completa, llego a la conclusión de que a través del periodismo siempre vamos a estar expuestos a tener el poder en la forma en que contamos las historias. Es claro que el sensacionalismo, los toques de amarillismo y el morbo hacen que las personas conecten de tal manera que puedan estar influenciados, a tal punto que se vea reflejado en decisiones tan cruciales como cambiar el rumbo de un país, dividir una nación o iniciar guerras.


Es increíble el poder que se puede llegar a tener a través del manejo de lo que se comunica y de los medios de comunicación. Es increíble cómo también el poder ubica a las personas que lo tienen todo en burbujas repletas de soledad, ambición y oscuridad. Esta historia muestra la fragilidad y vulnerabilidad del ser humano enmascarada de frialdad, lógica y verdad absoluta, en una verdad que no es real, que no está escrita y que, por el contrario, nace de la firme convicción de una persona, que cree tanto en eso que sabe que los demás también creerán en ello.


En Colombia no estamos tan alejados de esa realidad. Todos los días las personas del común escuchamos a los grandes periodistas, que, siendo seres humanos frágiles y vulnerables, llegan a nuestros sentidos con sus máscaras de frialdad, lógica y verdad absoluta. Todos los días vemos reflejado el poder a través del control de los medios de comunicación privados y públicos; es más ya como en la política vemos muchos medios de comunicación disfrazados de alternativos, contando sus noticias vendidas al mejor postor. Es más mi profesora de “Historia Universal del Periodismo” prefiere escuchar medios de comunicación de otros países donde no encuentra tanto sesgo en lo que se comunica como en los propios medios nacionales.


Colombia a la Kane muestra cómo se manipula la información y las noticias a través de morbo, el amarillismo y el sensacionalismo, siempre enfocados en generar influencia en la toma de decisiones de las personas y, por ende, en sus intereses particulares. Eso se ve claramente en los grandes emporios privados en Colombia y en los medios públicos también, porque no vayan a creer que por ser públicos tienen pocos recursos. En fin, cada uno de los medios tiene su propia verdad.


Los periodistas todos los días amanecen pensando fielmente en lo que comunican, muy seguros que sus audiencias también creerán en ello. Al final, el resultado hace que existan orillas como las de izquierda, las de derecha, las de centro; los de arriba, los de abajo, los pobres, los ricos, los buenos, los malos, los negros, los blancos, los indios, los feos, los bonitos, los inteligentes, los brutos, los diplomáticos, los no diplomáticos, los democráticos, los antidemocráticos, las personas de bien, los “nadies”, los que son tenidos en cuenta, las minorías que son mayorías, y así sucesivamente.


Solo me pregunto ¿Qué hay en la vida de los que tienen el poder?, ¿qué hay en sus corazones?, ¿viven? ¿o sobreviven? Al final observo cómo muchos periodistas sacan la bestia que llevan adentro, pasando por encima de los demás para lograr reconocimiento, una entrevista o, finalmente, poder realizar una pregunta que hará que brille por los siglos de los siglos amén.


En conclusión, para mí el periodismo o el arte de comunicar es un momento de verdad, en donde deberíamos tener claro qué puedo estar haciendo para que nuestro país viva, agonice o muera a través del arte de llevar a los corazones de las  personas simplemente la verdad, sin encasillarla como absoluta, sin manipular, siendo objetivos y fieles a nuestros valores; en fin, solo siendo y sirviendo, dándome cuenta de que el servicio es el vicio de ser y que, como es un vicio, todos los días debe ser siendo, dando, entregando lo mejor de mí para los demás.


Sin embargo, más a nivel general, considero que el periodismo en Colombia está afectado no solo por los grandes grupos económicos con interés económicos y políticos, sino también por el sensacionalismo y el rating, la violencia y la censura y la inseguridad.



Espero poder inspirar y transformar un día la forma de comunicar sin caer en las garras del poder y ser uno más del montón. Espero poder disfrutar cada paso que dé en este mundo del periodismo; espero dejar huella en los corazones de un país que se lo merece, de un país que amo y de un país que lo necesita.


El Ciudadano Kane y el reflejo del poder mediático en Colombia


El filme plantea un interrogante vigente en Colombia: ¿quién controla la información?


Por: Angie Puerto. Estudiante Comunicación Social, Universidad CUN


La película El Ciudadano Kane (1941) es una cinta estadounidense que fue dirigida por Orson Welles. En ella, el director plasmó cómo el poder a través de la historia ha utilizado los medios de comunicación para moldear la opinión pública y generar una influencia política. Plantea, además, una pregunta que sigue latente en Colombia: ¿quién controla la información?


En nuestro país se registra de manera inquietante lo que la película muestra: algunas de las familias más influyentes manejan medios que combinan el dinero y la información. Un ejemplo evidente es el de Luis Carlos Sarmiento Angulo, uno de los empresarios más poderosos de Colombia, fundador y dueño del Grupo Aval y controla parte del sistema financiero nacional. Además, es propietario de la Casa Editorial El Tiempo y del canal CityTV.


Esta unión entre el poder económico y mediático le da una fuerte capacidad para influir en cómo y qué tipo de información se divulga.

Sarmiento Angulo también ha realizado importantes donaciones económicas a partidos que cuentan con curules en el Congreso, lo que para muchos podría interpretarse como una forma de marionetismo del poder, donde los hilos del dinero, la economía y la información se entrelazan en una misma mano.


Esta cercanía entre grandes empresarios y la política plantea serias dudas sobre la libertad de prensa. Lo que se percibe a simple vista podría ser solo la punta de un iceberg que revela una estructura más profunda de intereses compartidos y alianzas forjadas. Estas relaciones no siempre significan que los dueños sean políticos electos o tengan cargos públicos, sino que tienen influencia política mediante donaciones, vínculos con medios, relaciones de poder.


El Ciudadano Kane y el periodismo se encuentran ligados a los poderes económico y político, comprometiendo la independencia. La información, que debe estar al servicio de la ciudadanía con transparencia, veracidad y accesibilidad, queda atrapada entre revelar los hechos sin importar las consecuencias o encubrirlos para proteger a quienes ostentan y aportan algún beneficio con su poder.

Al igual que en El Ciudadano Kane, en Colombia el control de los medios se ha convertido en una herramienta de influencia, más que un medio para contar la verdad.


Foto archivo Presidencia de la República. Expresidentes y exvicepresidente de Colombia. Relación directa entre política y medios, con la Casa Editorial El Tiempo en su momento.

Kane Medios: una realidad cíclica en Chile



Cuando el ego y la avaricia supera al deseo de servir en informar


Por: Óscar Daniel Muñoz Rubilar. Estudiante Comunicación CUN


Charles Foster Kane, un empresario del mundo de las comunicaciones, quiere dominar el mundo en lo mediático. No hay periódico que no hable de él.


Y al comparar su saga con el presente, hoy en día tenemos un panorama muy similar donde esta ficción se convirtió en realidad para muchos grupos económicos del área de las comunicaciones que dominan los medios chilenos, como la familia Edwards, emporio con fuerte presencia en gran parte del siglo XX con diarios nacionales y regionales, como el poderoso diario El Mercurio, de circulación nacional y con muchos suscriptores.


Si hablamos de la televisión no se quedan atrás los grupos Bethia y Luksic, dueños en gran parte de la Televisión Chilena con dos de las cadenas más importantes del país: Mega y Canal 13 Chile. Ambos medios registran altos números de rating. Además cuentan con radios incorporadas a estos holdings, como infinita (del Grupo Bethia) y perteneciente a la Familia Solari, quienes son los dueños de la megatienda de superficies Falabella. En el caso de Luksic está T13 Radio, pionera de las cadenas de noticias.


Si hacemos en este punto un símil con Kane, política y empresarialmente se cruzan, porque ambas historias se aprovechan entre sí. 


Foto: medios escritos masivos del pasado y que aún existen en papel en Chile


En estos ejemplos es inevitable recordar como paralelo histórico y utilizar toda sus armas políticas a la Familia Edwards, que durante la dictadura pinochetista desplegó toda su artillería mediática, apoyando al golpe de Estado de 1973 que derrocó al gobierno de Salvador Allende. La similitud con Kane es que el empresario estadounidense de la ficción privilegió la política antes de informar y servir a la comunidad, entregando una información pluralista e imparcial.


Y para qué hablar de la narrativa, con ejemplos totalmente matriculados con tendencias políticas. Por ejemplo, Radio Agricultura, emisora de extrema derecha y que en tiempos de elecciones despliega la mayoría de los candidatos de este conglomerado en programas radiales, a vista y paciencia de todo el mundo denotando que solo un sector tiene la verdad absoluta.


Al resumir, los medios mencionados se volvieron instrumentales tal como Kane los convirtió en la película, donde se muestra la cara de un empresario ambicioso, con sed de poder. En Chile también se exhibe ese vínculo de poder, de egos, de instrumentalización política, donde los empresarios y políticos luchan para prevalecer y para sepultar al contrario. Los medios son utilizados como las herramientas para ganar la lucha electoral y de poder, sin importar los caídos.



Pensar en una prensa que haga las cosas desde la perspectiva de la independencia, desde la pluralidad, parece más una utopía que la realidad, hoy alterada por los intereses que se esconden detrás del simple ejercicio mediático de informar.