Pecueca en Rock al Parque
Comenzó el festival de 2008 y acá está “el detrás de…”

Foto: Buque de Papel
Por: Juan Carlos Cotrina Lizarazo , p eriodista Buque de Papel , Bogotá
Los fanáticos al Rock tuvieron literalmente que entrar descalzos al parque Simón Bolívar de la capital, para dar inicio a tres días cargados de baterías, bajos, guitarras y voces fuera de este mundo.
La seguridad para un evento de la talla de Rock al Parque es enorme; es por eso que los hombres y mujeres de la Policía Nacional, hicieron presencia con sus cordones de seguridad y obviamente las requisas que son indispensables no se hicieron esperar: Pero ¿Cómo así, que tengo que quitarme los zapatos? La respuesta es sencilla, los colombianos somos muy buenos para camuflar algunas “cosillas” en algún lugar, o mejor, en cualquier prenda que llevemos puesta.
Los jóvenes no reparaban en decir: “Es el colmo que me hagan quitar los zapatos, eso una falta de respeto”, sin embargo, para las autoridades es la mejor forma de evitar el ingreso de bebidas alcohólicas, cigarrillos y hasta droga, los cuales después de hacer efecto, pueden hacer estallar los escenarios dispuestos para los capitalinos. De todas formas las drogas entran camufladas en otros espacios del cuerpo, para este y PARA TODOS LOS CONCIERTOS, así sean de rancheras. Entonces hubo chiflas, madrazos, gritos y amagos de avalancha, de gente que unida gritó “No me quito los zapatos”.
Bueno aunque los jóvenes se molesten, sí se debe tener claro que casos como estos se presentan en Rock en Rio en Brasil, el cual también es un escenario ostentoso para los fanáticos a estos géneros cargados de sonidos estrambóticos, con furor y pasión.

Foto: Buque de Papel
¿Pecueca en Rock al Parque?
¿Pecueca? “Nunca”, fue la respuesta de aquellos que en medio del agite, entraban a disfrutar de una tarde inolvidable junto a sus artistas favoritos; pero como si fuera poco, tenían que literalmente ensuciar sus mejores pintas para el concierto, sentándose en el piso para poder volver a tener sus preciados zapatos en los pies.
Eso sí, lo más importante era que el tenis, bota triple suela y punta de acero y hasta el mocasín, entraran limpios y desfilaran por las graderías de la plaza central del parque: “que no es mi zapato”, “devuélvamelo”; “No me le quite la suela”, “No me los arrastre”; en fin, fue la mejor entrada a una aventura de Heavy Metal, en un lugar en que los jóvenes llaman el “Simoncho” y el cual es catalogado como uno de los mejores escenarios de Latinoamérica, además de ser uno de los espectáculos gratuitos más grandes del mundo.
Los zapatos siguieron su camino, los pies también, pero eso sí fueron los que más disfrutaron de la música, ya que por ellos se sentía la vibración del suelo que temblaba cada vez que los sonidos salían buscando en donde hacer el mejor eco.

Foto: Buque de Papel